Gracias del alma a todos y todas los que por diferentes medios, y desde sus diferentes posiciones, han apoyado mi escogencia para presidir el Senado de la República.
Ser la primera mujer que ocupa esta posición es una señal inequívoca de que nuestro quehacer político y la democracia se robustecen cada día más, como lo soñó en vida nuestro guía, el Prof. Juan Bosch.
La tarea que me espera es de una gran dimensión, pero en nombre de todas las mujeres dominicanas, acepto el reto!, pues sé que con la ayuda de Dios y con el apoyo de ustedes antes, durante y después de mi escogencia, continuaremos trabajando incansablemente por el fortalecimiento de la democracia y con ello seguir legislando para construir mejores estándares de vida para todas las familias dominicanas.
Abrazos fraternos de,
Cristina Lizardo Mézquita